M recibió una orden de protección contra su agresor, quien la abusaba física y emocionalmente. Pero la Policía de Puerto Rico no la hizo cumplir. Photos: Erika P. Rodriguez

En Puerto Rico, Una Epidemia de Violencia Doméstica Se Esconde a Simple Vista

Luego del huracán María, el número de mujeres asesinadas por sus parejas se duplicó. Sobrevivientes dicen que la respuesta desacertada del gobierno ha puesto aún más vidas en peligro.

Andrea González-Ramírez
GEN
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32 min readJun 30, 2020

Esta investigación se realizó en conjunto con Type Investigations, donde la autora es una becada del programa Ida B. Wells. Una versión en inglés está disponible aquí.

La noche antes de que fuera asesinada, Suliani Calderón Nieves condujo hasta la casa de su madre en Bayamón, Puerto Rico, para dejar allí a sus dos hijos. Suliani, una supervisora de un hospicio de 38 años, comenzaba a redescubrir su libertad tras un divorcio contencioso y se dirigía a un evento en el pueblo donde iba a declamar un poema que había escrito. Cuando estaba saliendo de la casa, su madre, Sonia Nieves, se tomó un momento para admirar el largo cabello negro de su hija, su característico lápiz labial rojo y su sonrisa radiante. “Te ves tan hermosa hoy”, le dijo su madre. “Yo sé que estoy bien buena”, respondió Suliani con picardía.

Cuando Suliani regresó a recoger a sus hijos la noche del 17 de mayo del 2018, esa energía y ligereza había desaparecido. Su exesposo, José Vega Nieves, había llegado sin avisar cuando ella terminaba de leer su poema, una de las muchas veces que la acosaría tras su tumultuosa relación de 16 años. Enojada, Suliani peleó con él por mensajes de WhatsApp, pero su madre le aconsejó que se olvidara de eso y lo dejara pasar. En ese intercambio, Suliani lo amenazó con llamar a la policía.

Esa noche, después de regresar a su apartamento con sus hijos, Suliani se conectó a Facebook y publicó otro poema. “La vida te golpea, crees que aprendes la lección y vuelve a golpearte. Cuando el río de miseria sale de su cauce, jamás vuelve a su corriente. Las piedras son episodios dolientes, más si te acostumbras a su tropiezo, sólo permitirás más penas. Nadie es dueño de nuestra vida, y yo solo quiero vivirla”.

A la mañana siguiente, poco antes de las 8 a.m., Suliani salió de su apartamento con los niños. Manejando su carro hacia la calle frente a su complejo residencial, notó que tenía una goma vacía y comenzó…

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Andrea González-Ramírez
GEN
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Award-winning Puerto Rican journalist. Senior Writer at New York Magazine’s The Cut. Formerly GEN, Refinery29, and more. Read my work: https://www.thecut.com/